sábado, 10 de noviembre de 2012

120

120. Esa cifra retumbaba en mi cabeza. Verla en la báscula supone muchas cosas: pensar en cómo has podido llegar hasta aquí, en tan poco tiempo (en mi caso engordé 40kg. en poco más de un año), pensar que no vales nada, que no eres lo suficientemente fuerte como para controlarte un poco más... En conclusión, te castigas, cuando aún no sabes que no toda la culpa es tuya.

Por eso, cuando alguien osa decirme que no debo operarme, que no estoy tan mal, que es muy peligroso, me llevan los demonios. Pero pienso que en el fondo no saben lo que es, y eso los justifica. Sé que si hubieran pasado por la mitad de lo que yo he pasado no lo dudarían ni un momento, como fue mi caso. Sea como sea, la decisión es personal, nadie debe interferir en ella, y eso es lo que me ha mantenido firme en todo este tiempo. Porque mi cuerpo es mío, mis problemas son míos y mis sentimientos son míos. Nadie tiene porqué entenderlos, pero sí respetarlos.

Así que a todo el mundo que haya tomado una decisión parecida a la mía (no tiene porqué ser una operación, hay infinidad de caminos, es cuestión de informarse), tan sólo decirle que siga hacia delante, que no lo dude si cree que de verdad es lo que mejor le va a ir, y sobre todo que no mire atrás. El pasado tan sólo nos debe servir de análisis, para entender cómo estamos ahora, pero sin reproches que no llevan a ningún lado. Lo mismo que en cualquier otra decisión relevante en nuestras vidas (estudios, vida profesional, familiar...)

Por lo que creo que el día que tomé la decisión de operarme es un día remarcable en mi vida, y siempre lo recordaré como el día en que tuve la valentía suficiente para afrontar un tema como este, y en el que dejé de mirar hacia otro lado cuando veía que mi peso aumentaba en la báscula, pensando que no podía hacer nada, cuando en el fondo hay tanto que hacer...

Con todo esto, el tema que acompaña la entrada de hoy supone positivismo, ganas de comerse el mundo, de bailar, de cantar, de saltar... Porque he tomado la decisión más importante de mi vida, y eso bien merece una fiesta ¿no creéis? Se trata de un grupo al cual llevo siguiendo desde hace 10 años, mi grupo fetiche, el que siempre me acompaña en todo momento. El tema que he escogido es el subidón de todos sus conciertos, espero podáis comprobarlo en algún momento porque de verdad merece la pena.


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