martes, 30 de abril de 2013

Cuando engordar es un misterio

Bueno, aquí me hallo, después de 4 meses y medio desaparecida, ¡qué bien sienta!. Los motivos que me han mantenido separada de este mundo son variados, desde un accidente de coche y mi posterior rehabilitación, hasta un cuatrimestre más bien desastroso, el cual he tenido que ir recuperando poco a poco.

Esta entrada viene como respuesta a esta, una impresionante reflexión de mano del Dr. Litos acerca del porqué en igualdad de condiciones alimenticias, una persona engorda más y otra no engorda nada. Duda, dicho sea de paso, que yo le planteé cuando empecé con esto de la blogocosa, como él mismo le llama. De paso, aprovecho y participo en mi primer carnaval desde que emprendí el camino de bloguera. Así, esta entrada participa en la III Edición del Carnaval de la Nutrición, organizado por el blog Scientia. Uf, ¡espero estar a la altura!

Al principio creía que me vendría grande publicar un post dentro de la III Edición del Carnaval de la Nutrición, pero lo único que me viene grande hoy en día es la ropa (frase cortesía de Consuela), gracias al esfuerzo que llevo realizando un año y medio, tal y como sabéis los que me hayáis seguido desde el principio (esos pocos jeje). El tema es que mi participación dentro de este Carnaval no puede ser desde ningún punto de vista científico, pues mi vida no gira en torno a ninguna disciplina relacionada con la ciencia. Eso sí, puedo participar desde mi experiencia personal, que no es poca ni corta. Es decir, puedo aportar mi granito de arena desde las Humanidades, que no es poco, ¿no?

Como ya he comentado en anteriores ocasiones, llevo toda la vida luchando contra la obesidad. Eso implica obesidad infantil, obesidad en la juventud... Obesidad, obesidad y más obesidad. Creo que es la palabra más repetida en mi vida, aparte de "gorda". Y no sólo te llama gorda la gente por la calle, o en las tiendas, o en tu propia familia... Lo peor es cuando te lo llamas tú a ti mismo, todos los días cuando te miras al espejo. Ahora me doy cuenta de que yo misma me faltaba al respeto, y si eso sucedía, ¿cómo no me iba a faltar al respeto el resto del conjunto de la sociedad? Cuando tú mismo te desprecias, no puedes esperar que el resto de la gente te aprecie, porque eso se huele, se transmite.

Gracias a que he tenido siempre a mis amigos a mi alrededor queriéndome, a mi pareja valorándome, y a mi familia tirando de mí cuando yo no tenía fuerzas ni de salir a la calle. Porque parece algo sencillo, parece que es tan fácil como ponerte el abrigo, abrir la puerta y empezar a andar, pero no. No lo es desde el momento que te levantas y te miras al espejo. Pero dentro de todo este bucle de negatividad siempre subyace una persona fuerte, que mira hacia adelante en todo momento, y a la que es difícil hundir. Es una dualidad compleja en la que convive el pesimismo y el optimismo, la oscuridad y la luz.

Y dentro de este punto aparecen las múltiples dietas milagro, a las cuales te sometes cuando no tienes la madurez suficiente para coger el toro por los cuernos y aceptar que es tan fácil (o tan complicado) como cambiar de hábitos de vida _ de ahí la interacción genética-ambiente, aunque a pequeña escala, ¿no?. He probado de todo, mi primera dieta la hice con 9 años para entrar en el traje de comunión de mi hermana, ¡la cual había sido un palillo toda su vida! Así que imaginaos... A los 9 régimen normal de toda la vida, pero con poca consciencia del problema; a los 12 acupuntura; a los 15 mesoterapia; a los 20 dieta Dukan antes de que existiera como tal (es decir, un médico afincado en mi ciudad que sigue el mismo "método", si es que se le puede llamar así)... Hasta que dices basta. Basta de tomaduras de pelo, de dietas yo-yó.

Ahora empieza una nueva vida, una vida en la que te valoras lo suficiente como para no someterte a cualquier saca-dineros, y simplemente trabajar, trabajar y trabajar. No es fácil, de hecho siempre digo que no me arrepiento de haber empezado tan tarde, si no que empecé en el momento justo. Y, ¿cuál es ese momento? Tan fácil como estar preparado. Lo puedes estar con 15 años, con 30 o con 70. El secreto es sentirlo desde dentro, saber que vas a ir a mejor y que tienes la fuerza suficiente como para afrontarlo. Con esto aceptado, es todo más fácil.

Con todo esto, procedo a presentar el vídeo de hoy. Se trata de un vídeo especial, no por el contenido en sí, o por el tema, sino porque implica mi vuelta a esto del blog, un retorno sin vuelta atrás, y eso es algo para celebrarlo. Por eso, traigo un tema bailable, que te da ganas de empezar a moverte desde la primera nota, de mano de Daft Punk. Esta semana son número 1 en Gran Bretaña, lo cual podría ser una pista de que es un grupo comercial y demás, ¡pero ojalá en España los número 1 fueran de este calibre! Sin nada más que añadir, aquí lo dejo para que lo dsifrutéis y comentéis también, ¿por qué no?