jueves, 9 de octubre de 2014

Siguiente objetivo

Y es que esto no termina. Ya supe desde un principio que la decisión que tomé entrañaba una implicación por mi parte como no había empleado en nada más en mi vida (salvo en conseguir ser arquitecta, lo cual no es poco), y que iba a ser para largo plazo. Y en ello estoy. Y es que una vez has perdido el peso que te corresponde (después de 3 años), tu cuerpo queda un poco "distinto", aunque ahora entenderéis que he sido afortunada.

Antes de explicar por qué me siento afortunada, volveré a incidir en el tema de que no tomé esta decisión por estética, sino por salud. Y es que lo que voy a contar en esta entrada puede llevar a equívocos.

Es inevitable que tu cuerpo sufra alguna alteración con una pérdida de peso... ¡un momento, espera! Casi se me olvida decir que... ¡por fin estoy en 60 kg! La verdad es que fue la primera meta que me puse nada más empezar el proceso, y nunca creí que la pudiera alcanzar... Y no por falta de fuerza de voluntad (nunca he dudado de mí), sino porque de verdad creía que fisiológicamente mi cuerpo no podía llegar a un peso tan bajo... Sobre esto ya hablaré otro día, porque creo que hay una parte muy importante de histórico, en el que parece que debes aceptar que vas a ser obeso toda tu vida, o en el que te cuesta reconocerte como delgado (o persona sana, mejor dicho, no me gusta hablar de "obesos" y "delgados"). En mi caso, la pérdida de peso supone un 50%, lo cual no está nada mal, ¿no?.

En fin, volviendo a las alteraciones que sufre tu cuerpo tras una pérdida de peso tan drástica, en mi caso personal he de decir que no ha sido tan acusado. Si bien tengo los brazos y las piernas todavía un poco grandes, no me ha quedado piel sobrante, como todos solemos imaginar tras hacer una simple búsqueda en Google de los efectos de un bypass gástrico. Y, volviendo a los motivos por los que decidí operarme, damos por alcanzado el objetivo de ser una persona más sana.

Ahora bien, eso no quita que quiera trabajar con mi cuerpo, pues es algo incómodo debido al sudor, etc. tener los brazos y las piernas con más volumen del que debería contar mi cuerpo actualmente. Y aquí está mi siguiente objetivo: tonificar la piel, ¡toma ya! He de decir que no tengo ni idea de por dónde empezar, y tras pedir ayuda en el famoso buscador de Internet, decidí que me iba a poner en manos de profesionales, pues no se puede hacer a la ligera. No sólo por no saber por dónde empezar, sino porque puedo hacer los ejercicios equivocados, por no hablar de posibles lesiones. 

En fin, que sé que se me va a hacer cuesta arriba, pues no es que no me guste el deporte (flipo con la natación y la bicicleta), pero sí que es verdad que siempre he odiado los típicos ejercicios de gimnasio que conllevan pesas, tiras... Pero esto no se hace por gusto, sino por necesidad, y si algo he aprendido a valorar de mí misma en todo este proceso, es que algo de disciplina tengo. Punto muy importante a comentar, dicho sea de paso. Si no eres capaz de verte bien en el espejo, por lo menos valora el trabajo que has hecho para llegar a dónde estás, y luego vendrá solo.

Con todo esto, el vídeo que traigo hoy simplemente me da fuerzas. Se trata de un tema con mucha energía y con el que me río mucho, y seguramente me lo pondré en casa cuando tenga que hacer esos odiosos ejercicios. ¡Hoy toca frikada!




martes, 1 de julio de 2014

Mi nueva vida

Literalmente, mi vida es otra desde que me operé. No podría describirlo de otra manera, pues soy completamente otra. La misma, pero otra. Toda una paradoja, lo sé, pero lo explicaré mejor: una de las cosas que a mi novio no le gustaba de la operación es que, literalmente, "pudiera volverme tonta", como si fuese a cambiar mi personalidad debido a esa subida de autoestima que se espera que tengas. En torno a esto, diré que mi autoestima es exactamente la misma, sin ninguna variación. Ni mejor, ni peor. Es decir, sigo siendo la misma y ahora no me obsesiono por ir de compras, siempre mona, o de punta en blanco. Para nada. Pero, por otro lado, me ha cambiado la concepción del mundo completamente. El hecho de poder moverme sin problemas, andar sin fin, bailar, hacer el amor... Todo es completamente distinto y, en este caso sí, mucho mejor. 

Así que mi mensaje en esta entrada es doble. Cuando tomé la decisión de operarme, empecé a buscar casos de gente que hubiera pasado por lo mismo, y me encontré con mucha gente que aseguraba haberse operado estrictamente por autoestima, porque no podía aguantar más. Bien, yo me reitero en que esta es la mejor decisión que he tomado en mi vida, pero sobre todo porque mi salud es infinitamente mejor y nadie va a tener que cuidar de mí (por lo menos por obesidad, lo cual me parecía enormemente egoísta, no quería eso para mis hijos o nietos). Y, por otro lado, encuentro muchos otros casos en los que la gente asegura que JAMÁS pasaría por quirófano, puesto que es invasivo y hay casos en los que ha salido mal y te puede pasar a ti. Completamente de acuerdo, y totalmente respetable, por supuesto. Pero la reflexión que le haría a esas personas es que da igual el camino que tomes, lo único que importa es conseguir tu meta. A mí, personalmente, mucha gente me decía que no lo hiciera cuando les conté mi decisión, pero una vez han visto los resultados, incluso antes de operarme, empezaron a entender mi postura. Sólo digo que claro que hay peligro de que te pase algo en el quirófano, pero como en cualquier otra operación. El peligro de más lo pones tú con tu peso y posibles morbilidades, por eso te aconsejan perder cuanto más pero mejor, nada más. Y a lo que yo más vueltas le dí fue al tema del riesgo... riesgo de qué, ¿de morir?... ¿Acaso no puedes morir también de obesidad, ademas de una manera casi más segura? No nos olvidemos de todos los riesgos que conlleva la obesidad, como el colesterol, diabetes, hipertensión... con todo lo que eso conlleva. El resumen es que a mí el riesgo me merecía la pena.

Con todo esto, hoy dejo la entrada un poco más corta que lo habitual, y os traigo ya el vídeo seleccionado. El grupo que he seleccionado hoy lo llevo siguiendo como más de 10 años, desde que iba al colegio. Aún no he tenido la suerte de verlos en directo, pero por lo que he podido ver, no suenan nada mal. Estas navidades me regalaron su último disco, y además me acompañaron durante la elaboración de mi Proyecto Final de Carrera, lo cual no estuvo nada mal. En este tema en particular participan los Scissor Sisters, los cuales sí que he podido escuchar en directo ¡y me encantaron! Os aconsejo también este vídeo, el cual es una recopilación de 4 ó 5 temas del último álbum, con un diseño gráfico impresionante. ¡Espero que lo disfrutéis!


domingo, 18 de mayo de 2014

Veo la luz

Y es que, por fin, estoy más cerca de mi objetivo que nunca. De hecho, puedo decir que estoy en el peso más bajo desde que tengo 18 años. Maravillosos 72 kg. Y un Índice de Masa corporal de 25.81, ¡toma ya!. Y, ¿qué significa eso? Básicamente que casi casi estoy en un peso normal, y que, por tanto, no entraña problemas para mi salud. Si bien esto podría ser discutible, según acreditan algunos estudios en los que se afirma que el nivel de grasa corporal es el que también indica si eres obeso, es cierto que esta será mi siguiente preocupación. Es decir, una cosa después de otra, y poco a poco. Una vez esté estabilizada en peso, me preocuparé del nivel de grasa en porcentaje en mi cuerpo. Y, ¿cómo lo conseguiré? Pues con ejercicio, espero jejeje. 

Lo que vengo a contar hoy es todo lo que viví después de la operación, cómo fue mi recuperación. Y fue genial, sin más. Pero he de decir que todo ha sido gracias a mi actitud claramente optimista desde que desperté. Había pasado tanto tiempo esperando, y tanto tiempo trabajándomelo, que nada podía quitarme la sonrisa de la cara y las ganas de seguir adelante. Y así sigo. 

En cuanto a la dieta a seguir, me dejaron unas indicaciones muy fáciles de seguir: 10 días a líquidos, unos cuantos más a purés, y, poco a poco, ir incorporando el sólido a la dieta. Básicamente, como la dieta de un bebé. Tienes un estómago nuevo y tienes que ir haciéndote a él, y no al revés. En cuanto a los 10 primeros días, estar a líquidos fue muy fácil de seguir, porque realmente el cuerpo no te pide más. De hecho, hay algo a lo que aún no me he acostumbrado: a no sentir el hambre. Cuando me dijo eso el cirujano, me puse a llorar. Me había pasado la vida entera con hambre, desde que me levantaba hasta que me acostaba, y nunca la conseguía saciar. Realmente no comía todo lo que el cuerpo me pedía, porque eso era imposible de alcanzar. Y, aunque ahora, después de 3 meses, he conseguido sentir un poco de hambre entre las comidas, con poco que coma se me ha pasado y soy capaz de aguantar hasta la siguiente sin problemas. En cuanto a la siguiente fase, los purés sí que se me hicieron más pesados y terminé pronto con ellos jajaja. Decidí que el sólido me iba a sentar bien, y lo fui incorporando a mi dieta.

Y aquí vinieron las sorpresas positivas. El cirujano me había dicho que los lácteos igual no los toleraba muy bien, y... ¡para nada! Empecé con arroces, sopas... Es lo que mejor me sigue sentando hoy en día, aunque no tengo grandes problemas con la alimentación. También me dijo que el pollo es difícil de digerir, pues es una carne muy fibrosa, y... ¡tampoco! La tolero perfectamente, sin ningún problema. Realmente, los problemas que tengo vienen cuando estoy muy cansada, que no tolero bien lo que como. Pero es un día aislado, y no me suele pasar muy a menudo. Lo único que no he probado es el pan de molde y hamburguesa, pues me dijeron que no se digiere nada bien porque se hace una pelota en el estómago... 

En cuanto a que la comida me siente mal, tan sólo se traduce en una diarrea que, si bien no es algo muy cómodo, una vez pasada ya me encuentro mucho mejor. Y en cuanto a las cantidades, hay que tener muy claro que el estómago es muy pequeño y que admite una cantidad muy concreta de comida. Si te pasas, vas a vomitarlo porque, sencillamente, no te cabe más. Y tienes que parar de comer nada más te sientas lleno. Todo lo que sea ignorar tu cuerpo y lo que te pide, va a ir en tu contra.

Y creo que no me dejo nada jejej. A partir de ahora, ya sólo me queda escribir sobre mi nuevo modo de vida, y seguir luchando por la obesidad en este mundo. Pues considero que es algo muy importante que debería concienciar a toda la sociedad. Así que desde este pequeño rincón de internet, intentaré alzar la voz a mi manera, intentando desde mi modestia ir creciendo y llegar a más sitios cada vez.

Hoy traigo un vídeo de Vetusta Morla, que acaban de lanzar nuevo disco y, simplemente, me flipan. Hagan lo que hagan, me van a tener como una incondicional, porque ese sonido tan característico suyo me dejó enganchada desde el primer momento en que los escuché. Además, ¡tengo entradas para verlos! Cuánto tiempo esperando... Espero que os guste, y que investiguéis sobre ellos, porque de verdad merece la pena. Un saludo a todos!!


jueves, 8 de mayo de 2014

Por fin, llegó el momento

Y es que después de las visitas en las que me enfrenté a mis miedos, llegó la recompensa... Al volver a adelgazar, ¡el cirujano decidió que era el momento de operarme! Así de rápido, ¡así de inesperado! De repente, me vi saliendo de la consulta con mi pareja, mirándole como si no entendiera lo que acababa de pasar... ¡Por fin me iba a operar! ¡Por fin tanto esfuerzo había tenido su recompensa! Y, de repente, todo parecía que había sucedido tan rápido... ¡Un suspiro!

Empecé a pensar que no había sido para tanto, que se me había pasado volando... Cuando no es para nada así, había hecho un esfuerzo enorme y lo tenía que valorar. Esto es como todo, terminas la carrera y no ves que sea para tanto, que no eres un profesional como la copa de un pino... Pero no es así, tenemos que valorarnos más, y sólo así la gente te respetará en todos los aspectos.

Total, que en menos de un mes me encontré con que había terminado la carrera y que me operaban, ¡todo era perfecto! En cuanto a los nervios, decir que no los sentí hasta la noche de antes de la intervención, cuando estaba en el hospital esperando a que llegara mi turno... Piensas, "joder, esto es mucho más chungo de lo que había querido ver todo este tiempo". Está muy bien eso de mirar a otro lado y no ver el peligro, pero es que ciertamente entrar a quirófano no es moco de pavo la verdad...

Y, de repente, pasó. Desperté, y pensé, "vaya, ya estoy operada, ¡que rápido!" Así de simple. Siempre pensé que esta iba a ser la entrada más importante del blog, pues es en torno a la cual había decidido empezar a escribir. Pero, de repente, llega, y no sabes ni cómo transmitir la felicidad, el miedo, la ilusión y todos los sentimientos que experimentas desde que te dan la noticia hasta que despiertas entubada en una cama sola, sin nadie a tu alrededor.

La estancia en el hospital fue súper agradable. Todo hay que decirlo, mi actitud ayudaba muchísimo. Tenía tantas ganas de operarme, que siempre que me preguntaban "¿Qué tal estás?", yo respondía "¡Genial!", y si me preguntaban "¿Te duele?", yo respondía "Para nada!" Bueno, en el fondo no era para tanto, pero el positivismo que tenía encima no me dejaba ver todo lo que tenía encima. De hecho, los médicos me decían que no podía ser, que tenía que dolerme jajaja. Y al final, me hice famosa. Era la chica feliz del pasillo, todos flipaban con mis ganas de recuperarme y mi sonrisa permanente. Y es que no quería estar más tiempo del estrictamente necesario en el hospital, prefería seguir la recuperación en casa. 

Y así fue, en menos de una semana estaba en mi casa. Eso sí, aquí los dolores eran terribles, pues no estaba todo el día "enchufada". El cómo fue la recuperación y la dieta que he tenido que llevar, lo explicaré en entradas posteriores, ¡pues da para mucho!

Con todo esto, traigo el tema que llevo esperando dos años para poner. Ya he puesto algún video de esta banda, para mí la mejor banda de todos los tiempos. Es un tema que me ha acompañado desde hace ya 10 años, y no me canso de escucharlo. De hecho, ha estado siempre ahí en los momentos clave de mi vida, y qué duda cabe, éste es uno de ellos. En sí, el tema no es suyo, se trata de una versión de Nina Simone. Pero esto sí que es una versión, en la que reconoces el tema principal, pero le dan una caña que lo llevan a su terreno como pocos hacen. Siempre me he preguntado cómo tan sólo tres personas pueden meter tanto ruido como ellos hacen... Recomiendo escuchar las dos versiones, y escuchar lentamente la letra. Entonces así entenderéis porqué es tan importante para mí. Espero que os transmita toda la fuerza que me da a mí.


jueves, 3 de abril de 2014

Todo tiene su recompensa

Sí, sé que escribo con mucho tiempo de retraso, pero ha sido todo tan rápido que no he tenido tiempo ni de asimilarlo. He tenido que leerme la última entrada para poder situarme y ver cómo sigo contando la historia.

Pues bien, después de aquel halo de negatividad que me rodeaba, decidí ir a ver al cirujano y al endocrino y aceptar mis fallos, mis miedos y reafirmar también, por qué no, mis ganas. Esas nunca las perdí, y es lo que me ha salvado. Mirando atrás me doy cuenta de que esa misma negatividad era la que no me dejaba avanzar, la que me sumía en la miseria y no me dejaba aceptarme como una persona normal y corriente, con sus cosas buenas y malas, y con sus fallos. Y es que nunca me he dado un respiro. Siempre me he exigido al máximo, y si no lo cumplía, me hundía. Y hablo en pasado porque creo que ya no soy esa chica pesimista. Aunque es muy fácil decirlo ahora, y entenderéis por qué.

La cuestión es que mi sorpresa fue que en ninguna de las visitas que tuve se me tachó de nada, más bien se me animó a seguir adelante y no desanimarme con el proceso, pues es muy normal tener etapas de bajón, y más cuando se ha tenido una progresión tan perfeccionista como la mía. Total, que tanto miedo, para nada.

Así que tal fue mi sorpresa, que volví a bajar de peso casi como al principio. Digamos que volví a empezar. Retomé la dieta como si estuviese en el principio del proceso, exacta al milímetro y sin ninguna fisura. Y la recompensa realmente fue esta, fue el volverme a ver capaz de conseguir lo que me propusiera, con una fuerza de voluntad otra vez intachable. No hay nada que te suba más la autoestima que conseguir lo que te propones, y es que aquí entra un punto importante: mi autoestima no depende de verme más delgada en el espejo, sino de ver que soy capaz de llegar allá donde yo me proponga. Si lo hago por salud, de verdad me preocupa haber corregido mi resistencia a la insulina (después de lo cual habría venido una diabetes), no el que me pueda comprar unos pantalones en tal tienda y que me queden bien. Eso es completamente secundario, y sólo se consigue reafirmándote en los que te rodean. Tu familia, tu pareja, tus amigos... Si tienes estabilidad y apoyo, todo es mucho más fácil.

En fin, lo que hoy quiero transmitir es tan sólo positividad, y que todo el que quiera proponerse algo en la vida, cualquier cosa, se impregne de ella para poder alcanzarlo.

Con todo esto, el vídeo que traigo hoy no puede ser más típico y que me venga mejor. De haber sido el tema lanzado en otro momento, no podría enlazarlo con la entrada de hoy. Así que, para bien o para mal, voy a compartir el vídeo de Pharrel Willliams, Happy, porque me viene al pelo. Sé que podría bucear en toda mi discografía y encontrar algún tema igual de acorde al día de hoy, pero resulta que esta canción me encanta, así de simple. Espero que os la pongáis a todo volumen y os pongáis a bailar, que es lo que me pide el cuerpo en cuanto oigo los primeros acordes.

¡Que tengáis un buen día!