martes, 21 de mayo de 2013

Saber lo que es la responsabilidad

Este domingo tuve comida familiar en mi casa, como viene siendo tradicional desde el día que se formó mi familia. Si bien no suelen venir todos los que son, sí que son todos los que están. Es decir, no tienen porqué venir todos mis hermanos (no son pocos), pero siempre viene alguno.

Aquí tengo que hacer un pequeño inciso, y es explicar el tamaño de mi familia. Resulta que soy la pequeña de 6 hermanos, (soy la 6ª, por si hay duda) 4 de los cuales están casados y con sus respectivos hijos. Es decir, un domingo cualquiera podemos juntarnos a comer 22 personas sin despeinarnos. Pero lo más significativo de todo esto es la edad que me separa de cada uno de ellos, y es que con el hermano anterior a mí me llevo 13 años, y con el mayor nada menos que 19. Y, ¿qué querrá conseguir con todo esto?, os preguntaréis... Bien, vayamos acercándonos al fondo de la cuestión... El tema es que he sido su juguete. Cuando mis hermanos eran unos adolescentes, yo era una cría que correteaba por casa y hacía lo que quería, pues todos tenían muchas ganas de tener un juguetito con el que disfrutar. ¡Y vaya si lo hicimos!

Volvamos, pues, a la comida del domingo. Estaba yo en la mesa con mi madre y mi hermana disfrutando de una perfecta paella, cuando salió el tema a relucir de mi problema de peso. Mi madre siempre ha dicho que yo ya nací "gordita", que es cuestión de mi cuerpo, que tiene una tendencia enorme a engordar, y que no comía tanto. A lo que mi hermana respondíó: "Estás muy equivocada, mamá, pues cuando Mª del Mar cenaba, se comía su comida y luego pasaba a lado de todos nosotros y nos pedía; por lo que cenaba 6 veces" Yo me quedé pensativa, pensando que tenía razón, y que siempre he sido de buen comer. Pero, de repente, contesté: "Sí, Ana, y bien que todos me dabais de vuestra comida, que bien podríais haberme dicho que no, y hubiese cenado una sola vez" Aquí está el tema de hoy: la obesidad infantil. Ella me contestó: "Ay, es que nos ponías una carita..." No sabían negarse.

Y me parece normal, creo que todos lo hubiéramos hecho. Pero ellos sí que sabían lo que era la responsabilidad (o se supone), mientras que yo no. No sabía discernir lo que estaba bien de lo que estaba mal, y mucho menos, ni sabía lo que implicaba toda una vida de obesidad. Por tanto, la cuestión de obesidad, es de educación. Es algo que debe tratarse desde la infancia, acostumbrando al niñ@ a tener hábitos de vida saludables, en torno a la alimentación y el ejercicio físico. En esta noticia podéis ver un programa pionero que se ha llevado a cabo en España y que creo debería formar parte en todos los colegios. Siempre he habla de que las instituciones deberían mojarse más con este aspecto de la vida cotidiana, y me reitero después de haber leído este artículo.

En ese otra web se puede ver el índice de obesidad en todo el mundo, donde, por otro lado, se puede comprobar que ele encabezado de la noticia que he puesto más arriba no coincide con los datos facilitados en el mapa interactivo, pero el resumen que puede hacerse va al margen de esta pequeña cuestión: la obesidad, supere o no a los EE.UU, sea infantil o no, es un problema que puede acarrear serios problemas de salud, mermando la esperanza de vida de la persona afectada.

Con todo esto, el vídeo que traigo hoy estrena mi etapa de música en español, que también la escucho, ¡aunque no lo parezca!. En particular, este tema lo conozco gracias a una muy buena amiga, la cual me lo recomendó hace ya tiempo, y sigue estando en toda playlist que me creo para escuchar música variada. No tiene desperdicio, y el vídeo es imprescindible. Espero lo disfrutéis tanto como yo.


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